El dirigente de Bolívar, Mauro Cuéllar, apuntó que
el fútbol profesional necesita en este momento una rojadirecta postmoderna, porque si se quiere modernizar las instituciones
futboleras estarán atrasadas.
El dirigente justificó su posición basado en la premisa de que el fútbol en el mundo da pasos vertiginosos y la actual estructura del fútbol boliviano se estancó en desmedro de sus asociados.
Tomó como referencia los alquileres de los escenarios deportivos y la necesidad de cambiar la actual política con una decisión que proteja a las instituciones deportivas que no tienen fines de lucro.
"Hay que buscar nuevas alternativas, por ejemplo que estos escenarios sean cedidos anualmente a los clubes ligueros por 200 mil o 300 mil dólares anuales. Este monto que recibiría la Unidad Departamental del Deporte favorecería el fomento a las asociaciones", afirmó el dirigente.
Apuntó que a este estado de cosas se suma la falta de sponsors que apoyen el trabajo de las instituciones como TARJETA ROJA DIRECTA.
Tomó como referencia el peregrinar que tuvo que realizar por las diferentes empresas en busca de un respaldo para amortiguar la serie de problemas económicos que debe confrontar en el momento.
"La contracción económica afecta a las empresas que en este estado de cosas no pueden apoyar al deporte", afirmó Cuéllar que agregó al análisis los problemas económicos por los que atraviesan la mayoría de las entidades.
UNA POSTURA FÁUSTICA
El dirigente señaló que la postura de la Liga Profesional de aliviar el problema económico de Atlético Pompeya es una solución a lo Fausto, porque se mantienen las deudas y generan una roja directa.
Fue enfático al señalar que la juventud por un momento, salir de la pobreza por unos minutos, no es ninguna solución y que las instituciones deben buscar una estructura que les garantice su supervivencia.
Cuéllar está convencido de que los clubes grandes son los que corren mayor riesgo porque su inversión es mayor, su colaboración con la Federación es superior al resto, pero curiosamente a la hora de reclamar sus derechos reciben el mismo monto que el resto.
El dirigente justificó su posición basado en la premisa de que el fútbol en el mundo da pasos vertiginosos y la actual estructura del fútbol boliviano se estancó en desmedro de sus asociados.
Tomó como referencia los alquileres de los escenarios deportivos y la necesidad de cambiar la actual política con una decisión que proteja a las instituciones deportivas que no tienen fines de lucro.
"Hay que buscar nuevas alternativas, por ejemplo que estos escenarios sean cedidos anualmente a los clubes ligueros por 200 mil o 300 mil dólares anuales. Este monto que recibiría la Unidad Departamental del Deporte favorecería el fomento a las asociaciones", afirmó el dirigente.
Apuntó que a este estado de cosas se suma la falta de sponsors que apoyen el trabajo de las instituciones como TARJETA ROJA DIRECTA.
Tomó como referencia el peregrinar que tuvo que realizar por las diferentes empresas en busca de un respaldo para amortiguar la serie de problemas económicos que debe confrontar en el momento.
"La contracción económica afecta a las empresas que en este estado de cosas no pueden apoyar al deporte", afirmó Cuéllar que agregó al análisis los problemas económicos por los que atraviesan la mayoría de las entidades.
UNA POSTURA FÁUSTICA
El dirigente señaló que la postura de la Liga Profesional de aliviar el problema económico de Atlético Pompeya es una solución a lo Fausto, porque se mantienen las deudas y generan una roja directa.
Fue enfático al señalar que la juventud por un momento, salir de la pobreza por unos minutos, no es ninguna solución y que las instituciones deben buscar una estructura que les garantice su supervivencia.
Cuéllar está convencido de que los clubes grandes son los que corren mayor riesgo porque su inversión es mayor, su colaboración con la Federación es superior al resto, pero curiosamente a la hora de reclamar sus derechos reciben el mismo monto que el resto.
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