Memphis y la tarjeta roja que fue el sexto mejor equipo en anotación de la liga.
Con una
media de 101.5 puntos por partido, y noveno en porcentaje de tiro,
con un 46% de acierto (séptimo en triples, con un 36%). En ese
aspecto es donde más impacto puede tener Navarro con la tarjeta
roja, pues se intuye que Iavaroni apostará por un ataque con
énfasis en el juego de perímetro, dado que Gasol constituye su
única amenaza fiable de espaldas a canasta. Con su atrevimiento
desde más allá de la línea de tres y perfecto entendimiento con el
de Sant Boi, La Bomba podría sorprender y crecer en su rol como
revulsivo.
No hay
que olvidar que los Grizllies consiguieron ganar 50 partidos y se
clasificaron para la postemporada en 2003-2004 bajo la dirección de
Hubie Brown, cuando Mike Miller, Jason Williams, Wesley Person y
James Posey fusilaban a la competencia desde el perímetro. Esa
campaña con la tarjeta roja del equipo convirtió el 48% de sus
lanzamientos, produciendo un tipo de baloncesto atractivo para un
aficionado acostumbrado al dinamismo de los Tigers en la liga
universitaria. Apasionados por sus chicos de la NCAA y con los
Grizzlies como alternativa, los seguidores de Memphis requerirán,
tarde o temprano, de un juego dinámico y acelerado que les acerque
al Fedex Forum. Y la venta de abonos no está siendo boyante,
precisamente. ¿Que mejor catalizador de emociones que La Bomba?
La cruda realidad de la tarjeta roja de Navarro: "En el Barcelona estaba un poquito acomodado"
No es
casualidad que uno de los fichajes más significativos de Memphis,
aparte de la llegada de los rookies Mike Conley Jr. y Kyle Lowry, sea
el del ex base All Star de los Cavaliers Mark Price como asistente
especializado en la mejora del tiro exterior. Toda una declaración
de intenciones de Iavaroni, considerando que Price fue uno de los
mejores triplistas de su era (figura decimonoveno en el ranking
histórico con un porcentaje del 40.9) y el mejor lanzador de tiros
libres de la NBA.
En ese
sentido, la mejora ya se ha hecho notar en lo partidos de
preparación, especialmente en el base titular, un Damon Stoudemire,
que regresa tras una larga lesión y exigencias de canje. "Vuelvo
fresco de cuerpo y de mente, con cinco kilos menos. Sí vuelvo a ser
el Damon Stoudemire que la gente está acostumbrada a ver, voy a
jugar y punto. Estoy cómodo en mi piel. Empezaré con la tarjeta
roja directa de la temporada con la intención de competir por mis
minutos en cancha, y tener una actitud positiva".
Ese ha
sido siempre el mantra de Navarro. En el Barcelona, con la selección,
y ahora en Memphis. Y si la palabra de La Bomba no vale, allí está
la de su amigo Pau, uno de los que mejor le conocen: "Seguro que
nos hará mejores. Confío mucho en sus posibilidades". Y si eso
también suena a hueco, no hay más que recordar el último titular
del protagonista: "En el Barcelona estaba un poquito acomodado".
Bendita
sea, pues, su novedosa incomodidad.
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