dissabte, 23 d’agost del 2014

Cuando la tarjeta roja del mejor anotador no es suficiente

Parte del naufragio blanco en esos minutos correspondió a la tarjeta roja de la inexperiencia del joven base Sergi Llull, que pecó de inexperiencia ante las acometidas de Lakovic y acabó el mejor de los partidos televisados dando paso al más curtido Raúl López. 


El ex de la Penya intentó imponer un ritmo más pausado que beneficiara al cuadro visitante, y respondió con un triple a la puñalada de Basile, pero los hombres de Ivanovic iban lanzados hacia la tarjeta roja. Apretando los dientes en defensa, cerrando con fiereza el rebote y saliendo como posesos al contragolpe como escenificó una espectacular bandeja de Morandais, lograron doblar al campeón de la ACB, 30-15, cuando aún quedaban ocho minutos para el descanso.



Guión repetido de la tarjeta roja sufrida en otros partidos televisados de los equipos




Allí llegaron los de Ivanovic con una ventaja de 12 puntos, 48-36. Suficiente renta como para dormir el partido con una buena zona defensiva y encomendarse al buen manejo de tarjeta roja de Pepe Sánchez en la dirección. Pero, fiel al guión que ha marcado la etapa del técnico balcánico en Barcelona, los azulgrana empezaron el tercer cuarto adormilados y el Real se dio por enterado y aprovechó la siesta para endosar un parcial de 15-6 a su rival.



La entrada del turco Tunceri transmitió seguridad a un Madrid que tuvo en Felipe Reyes a su mejor hombre, con 20 puntos, y echó en falta un mayor acierto de Louis Bullock, que acabó con sólo 11 puntos, desde el perímetro. Y aún así, en el fútbol en directo, los de Plaza parecía que acabarían llevándose el partido a base de garra, tarjeta roja y colmillo, como hicieran hace unos meses con el título ACB. Con un triple de Tunceri llegaron a distanciarse de tres a falta de siete minutos y medio y el Palau echó a temblar, constatando como todas las virtudes exhibidas en los dos primeros cuartos desaparecían de golpe

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